La Agri-carnicería Colombaro

La mejor carne de vacuno piamontesa procesada dentro de un contenedor

La del joven Diego es la historia de una actividad que abarca varias generaciones. Estamos en los años 40 cuando el abuelo Angelo comienza a ser criador y comerciante. Su pequeño establo tiene pocas cabezas de ganado, pero pronto será aumentado por su padre Giuseppe, quien continúa con su arduo trabajo incrementando considerablemente el negocio. Es quien transmite la pasión por este oficio a su hijo que, mientras tanto, se ha convertido en un experto carnicero.

El deseo de tener algo propio y la dificultad de coincidir la vida en el campo con el trabajo en la carnicería del supermercado, empuja a Diego a decidir abrir un nuevo negocio frente a su casa. Por una cuestión de costes y trámite administrativo, él descarta la idea de crear una estructura de mampostería optando por una solución tecnológica nueva y de última generación.

Por eso se puso en contacto con nosotros. Nuestro equipo de técnicos expertos, guiados por la experiencia en el sector, diseñó la estructura según las necesidades expresadas por el cliente. Junto con nuestro socio, Sint Tecnologie, hemos creado un módulo instalado en un contenedor y equipado con todo lo que necesita, a saber: una cámara frigorífica, un laboratorio de procesamiento y un punto de venta especialmente preparado para la comercialización de carne y embutidos.

“Es como si estuviera jugando con piezas de Lego” – bromea Diego Colombaro- “Acuerda con el proveedor las especificaciones del módulo, diseñado para cumplir con las normas sanitarias vigentes, llega el camión con tu laboratorio, lo descarga en el patio predispuesto, conecta la toma de corriente el agua y los desagües y en unas horas podrás abrir las puertas de tu nueva actividad”.

Lo que más impactó al joven criador piamontés fue precisamente esto: la modularidad. La idea de crecer y ofrecer nuevos productos a sus clientes no desagrada en absoluto a Diego, que en un futuro podría añadir un segundo laboratorio a la estructura actual que podrá dedicar íntegramente a la elaboración de embutidos o al procesado de otros tipos de carne. “Lo importante”, continúa, “es poder tener una estructura en la empresa que pueda crecer con el propio negocio; y el sistema modular propuesto ciertamente lo es”.

Agri-carnicería se ubicó en el patio de la casa Colombaro. Además de la amabilidad del personal y la atención que Diego dedica a sus clientes, lo que hace que todo sea aún más familiar es la espléndida vista de las colinas de Costigliole d’Asti y los Alpes.

Una cadena de suministro corta que permite a la explotación agraria vender un producto típico, mejorando su calidad, a un precio definitivamente competitivo.